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Foto del escritorSeduto Escuela Canina

Odio el transportín.

Ha llegado el momento de hablar del tan amado y odiado transportín.

Sin duda, si eres dueño de un perro, habrás tenido que plantearte el dilema transportín.


Quizás seas parte del bando, "yo a mi perro no lo encierro", o quizás simpatices más con el equipo "amado transportín".


Sea como sea, quédate. Voy a contarte mi historia y no quiero que cambies de opinión, solo que pases un buen rato leyéndome.




Para empezar, me gustaría aclarar que no hay una elección correcta y una equivocada. Solo hay perros y dueños diferentes con necesidades diferentes. Eso es todo.


Lo que vamos a ver hoy son los lados negativos y positivos de un objeto que puede ser tan bueno o malo según el uso que decidamos darle.


Tuve que cambiar de opinión.


Pues bien, yo tuve que cambiar de opinión.

Sinceramente, nunca antes me había planteado usar un transportín; simplemente no entraba en la lista de millones de cosas que le compraba a mis perros.


Cuando decidí dedicarme profesionalmente al mundo de la educación canina, entendí la falta que me hacia enseñarle a mi perro a estar en un sitio seguro, tranquilo, en los momentos en que no podía estar a mi lado fuera de casa.

¿Ejemplo practico? Un seminario, un entrenamiento, viajes largos en coche etc., y luego descubrí todo un mundo para mí antes desconocido.


#1: ¿Por qué creemos que el transportín es cruel para nuestros perros?

#2: Su sitio seguro.

#3: Poco a poco.


 

#1: ¿Por qué creemos que el transportín es cruel para nuestros perros?


La mayoría de nosotros, yo incluida antes de formarme como adiestradora, lo veía como algo cruel.

Tenía una imagen muy equivocada y la sensación de que sí o sí los perros lo pasaban mal.


En cierta parte, eso es verdad.

Me explico mejor: no podemos simplemente coger a un perro, meterlo a la fuerza en un trasportín y cerrar la puerta. O aún peor, usar el transportín como castigo para nuestro perro.


'¡te has portado mal y ahora te vas al rincón de pensar!'


No, eso no funciona con los perros. Y en ese caso, usado como castigo, asociado a nuestro enfado, gritos o simplemente cerrando la puerta y dejando el perro horas y horas solo, sí es cruel.


Por alguna razón, lo asociamos a una jaula de una perrera, a la soledad, abandono o el castigo, o por lo menos en algún lugar de mi cabeza ese mensaje estaba grabado.


¿Demasiadas películas? Puede ser...


Pero...y si en el transportín solo le pasan cosas guay al perro?


#2: Su sitio seguro.


A la mayoría de los perros les encantan los sitios cerrados, donde se sienten protegidos.


Quizás no tengas un transportín en casa pero muy probablemente habrás visto a tu perro alguna vez dormido debajo de una silla, una mesa, tu cama, pegado a tus piernas, en un rincón de su cama, o tapado con una manta.


Por naturaleza buscan un sitio seguro; siempre que tengan miedo o quieran estar tranquilos irán a un sitio donde se sientan protegidos. Si tienes un perro que tiene miedo a los ruidos fuertes, seguramente alguna vez habrás tenido que buscarle y lo habrás encontrado en el sitio más pequeño y oscuro de tu casa.


Muchas veces el sitio que ellos eligen no nos parece bien. Se meten por la noche debajo de la cama y hacen ruido, se meten debajo de la mesa cuando comemos y nos hacen imposible mover la silla etc.


¿Y si nosotros le creamos su sitio seguro?


¿Si desde que es cachorro en su transportín se encuentra comida, juguetes y su cama?


Tu perro se irá solo al transportín. Le va a gustar si o si. ¿ y eso porque es bueno?

Porque le va a aportar seguridad y tranquilidad, y un perro seguro y tranquilo es bastante más feliz que un perro inseguro y ansioso. No te hará falta ni cerrar la puerta.


Mi perro nada más verme con una aspiradora o una fregona va directo a su sitio, no vaya a ser que se me ocurra limpiarle a él también.


Ahora no te voy a vender que el transportín es la panacea. De hecho, en el caso de algunos perros no es para nada necesario; no estoy intentando convencerte de que compres uno, solo de que lo veas con ojos diferentes a como siempre nos lo han vendido.


Es una herramienta que, usada de la forma correcta con la ayuda de un profesional, puede ayudar en el proceso de educación de muchos perros, a parte de ser la forma más segura para que los perros viajen con nosotros en coche.


#3: Poco a poco.


Pasito a pasito, decía Luis Fonsi en su 'Despacito'. No soy muy fan de la canción pero quien no se sabe ese estribillo?


Pues eso, el transportín no es algo que podamos presentarle hoy a nuestro perro y pretender mañana viajar en avión con el perro tranquilo en él.


Es un proceso que cada perro llevará a su ritmo, y si queremos de verdad que le guste no podemos forzarlo.


¿y ahora que me dices? ¿estás ya corriendo a comprar uno o no es para ti?


Te leo.


¡Felices ladridos!

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